Se ha abierto una suscripción para enjugar en algún modo las lágrimas de amargura que vierten la mayor parte de los vecinos de la villa de Yébenes, arruinados completamente en la noche del 13 [de Agosto de 1.837] por la más negra y horrorosa tempestad. Todo lo arrolló la furia de la elementos, que fue tal, que destruía hasta el mismo punto fortificado con la mayor solidez. Los vecinos inconsolables vagan por las campiñas y los montes sin encontrar alivio en parte alguna. ¡Pueblos, socorred a estos desgraciados que os llenarán de bendiciones!. Leer másGaceta de Madrid núm. 994, de 21/08/1837. Página 3.
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