Alonso Díaz, vecino de Yébenes, digo que el día de los toros, en servicio de vuestra señoría, yo tuve un toro de los cuernos para derribarle al suelo y al tiempo que le tenía asido me dieron en una pierna con una garrocha, lo cual fue causa para que el toro me maltratase, aunque nunca lo solté, y se me perdió la capa y la montera. Y yo soy pobre. A vuestra señoría suplico se sirva, por amor de Dios, me favorezca con lo que vuestra señoría fuese servido, que en ello recibiré merced.
Archivo Municipal de Toledo
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